La virginidad

Ocio y tiempo libre

26.04.2022
La virginidad es un concepto religioso que con el paso del tiempo ha pasado a ser un concepto social que se transmite generación tras generación. Este concepto apareció para restringir e incluso provocar emociones de culpa o malestar respecto a la sexualidad de las personas. Además, esta idea nos presiona de manera diferente según nuestro género.
 
¿Significa lo mismo perder la virginidad si hablamos de una mujer como si hablamos de un hombre?
 
Desde pequeños, la sociedad, nos educa diferente y desigual a las personas según el género, y esto se denomina: socialización de género.
El género es la diferencia entre hombres y mujeres desde un punto de vista social y cultural basado en estereotipos marcados por una norma establecida. Así pues construimos “modelos tradicionales masculinos” y “modelos tradicionales femeninos”. 

En general, los estereotipos atribuidos a los hombres están mejor valorados socialmente que los atribuidos a las mujeres (por ejemplo, no es lo mismo decir “verdulero” que “verdulera”). Esto hace que nos formemos una idea diferenciada de los roles de cada cual, dándole al masculino un rol principal y al femenino un rol subordinado. 

Esta organización social se denomina PATRIARCADO.

Concretamente en la sexualidad los roles de género serían:
  • Rol tradicional masculino si hablamos de sexualidad: potente, activo, fuerte, vigoroso, con autoridad, protector... Esto hace que “un hombre de verdad” tenga que demostrar potencia y posesión, exigiendo fidelidad y demostrando un continuo deseo sexual.
     
  • Rol tradicional femenino si hablamos de sexualidad: pasiva, dócil, abnegada, necesitada de protección,... Esto hará que para ser “una mujer como es debido” tome una posición pasiva, de subordinación, desexualizándola y que su satisfacción sea pasiva y obtenida proporcionando satisfacción al otro.
Esto provoca que muchas veces las mujeres pensemos que para demostrar nuestro amor a un chico tengamos que entregarle la virginidad. Y al mismo tiempo un chico puede pensar que una chica no le aprecia suficiente si no se la entrega. 
 
Además del género, dentro de la virginidad se promueve el heterocentrismo, es decir, la superioridad de la heterosexualidad por encima de cualquier otra orientación. No obstante, las personas homosexuales rompen con la idea de virgiindad y promueven una sexualidad más abierta y libre.
 
En definitiva y como siempre destacamos, el sexo no únicamente es la penetración, sino que hay otras prácticas para disfrutar y conocer la sexualidad. Esa inventada virginidad provoca muchas veces que tengamos relaciones sexuales sin deseo para quitarse un peso de encima o encajar dentro del grupo de amigos y amigas, y así evitar, sea como fuere, no sentirnos diferentes o enjuiciados.

Entonces, ¿una relación sexual en la que me siente presionado y no estoy cómodo, será una relación satisfactoria? ¿Me ayudará a construir una sexualidad sana? ¿Me sentiré más segura conmigo misma para futuras relaciones?
 
Aquello más importante en la sexualidad es que sea libre y con deseo compartido por ambas personas y no mediada por mensajes de presión y de género. Es decir, una sexualidad que elijas y que busque el respeto y la igualdad.

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